Cada vez que decimos adiós. Psicoanálisis de las despedidas
Decir “Adiós” es encomendar a una fuerza divina (“A Dios te encomiendo”). En inglés, ocurre lo mismo: Goodbye es God be with you (Dios esté contigo).
No es posible despedirse sin desear el bien, ¿será por eso que nos cuesta tanto?
“Ella dijo que te vaya bien, yo le dije buena suerte y hasta luego”, dice la canción de Andrés Calamaro. Suena fácil, pero es tan difícil.
Despedirse no es el duelo, tampoco es separarse, aunque se relacione con estos procesos psíquicos. ¿Por qué hay personas a las que la despedida se les vuelve “un largo adiós”? (como el título de la novela de Raymond Chandler).
En este seminario de cuatro clases reflexionaremos sobre este acto fundamental del psiquismo y de los vínculos, antes de que sea -como dice la canción de Julian Lennon- “demasiado tarde para despedidas”.
Un principio de respuesta está en otra canción, un clásico del jazz, que comienza: “Cada vez que nos despedimos, muero un poquito”; inolvidable junto a la que dice: “Poder decir Adiós, es crecer”.
Clase 1 Desatando lazos. El adiós a la infancia y la adolescencia
Clase 2 Despidiendo el arraigo. La separación de lugares queridos
Clase 3 El duelo. En la despedida de un vínculo amoroso
En la tercera clase de este seminario analizaremos el proceso de duelo tras la ruptura de una relación amorosa. Abordaremos las etapas emocionales, cómo sanar y reconstruirnos, y la importancia de aprender y crecer a partir de esta experiencia.
Clase 4 Afrontando el gran cierre. Despedirse de la vida
Duración
8 horas
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